Ampliando el círculo de compasión.

28/08/2021

Dr. Donald Broom (Cambridge) "la información sobre el aprendizaje, la conciencia y la capacidad para el dolor y otros sentimientos en los crustáceos decápodos también es suficientemente clara para justificar argumentos favorables para su protección".

 

                                     Artículo publicado originalmente en el Semanario HORANOVA agosto 2021

 

La escena de la película Annie Hall con Diane Keaton y en Woody Allen, donde  langostas vivas corren por la cocina pronto podría ser cosa del pasado, al menos en el Reino Unido, donde todo parece indicar que según la nueva legislación, estos animales tendrán que ser aturdidos antes de ser sacrificados.

El Gobierno británico se plantea prohibir en el nuevo proyecto de ley de protección animal que está tramitando el Parlamento y que reconocerá a los animales no humanos como seres sintientes, la cocción de langostas y otros crustáceos vivos que deberán ser aturdidos eléctricamente, dejándolos inconscientes antes de ser sacrificados. La técnica tradicional es meterlas en agua hirviendo estando vivas.

Probablemente muchos recordáis las imágenes de un video que se hizo viral de un cangrejo en un restaurante en China que se cortaba su propia pinza para escapar de la olla donde lo estaban cocinando. 

Pues bien, ahora la ciencia también parece evidenciar lo que ya nos decía la observación y el sentido común: estos animales sienten dolor igual que lo sienten los vertebrados.

En este sentido, el Dr.Donald Broom, profesor emérito de bienestar animal de la Universidad de Cambridge, afirma que "la información sobre el aprendizaje, la conciencia y la capacidad para el dolor y otros sentimientos en (...) los crustáceos decápodos (como las langostas) también es bastante clara para justificar argumentos favorables a su protección si se usan sea en la experimentación, consumo u otras finalidades".

De hecho ya tenemos antecedentes de otros Estados que han legislado en esta línea.

A principios del 2018 el Gobierno Suizo prohibió que langostas y otros invertebrados puedan ser cocinados vivos, prohibición que se sustenta en la evidencia científica de que sí son capaces de sentir dolor.

Las medidas del Gobierno Suizo también contemplan que los crustáceos vivos no pueden ser transportados en hielo o agua helada y tienen que ser aturdidos antes de ser sacrificados.

En Italia, desde el 2017 se decretó que no se puede mantener a estos crustáceos en hielo en los restaurantes a causa del sufrimiento inaceptable que les comporta.

En cuanto a Noruega, su Ley de Bienestar Animal del 2010 proporciona protección legal para decápodos en el sacrificio, confinamiento y transporte.

La Ley de bienestar animal de Austria del 2004 especifica que los crustáceos tendrán que ser aturdidos antes del sacrificio.

Por lo tanto, más de si hay vida o no en el universo quizás ya va siendo hora de darse cuenta que lo que es seguro es que no estamos solos en el planeta Tierra y que ya va siendo hora de empezar a actuar en consecuencia, respetando y minimizando el sufrimiento que provocamos al resto de especies que tienen la desdicha de convivir con nosotros.

 

Más información en Crustacean Compassion.