EL BOZAL: ¡USOS QUE QUIZÁ DESCONOCÍAS!
Si te peguntan para qué sirve un bozal, qué dirías? Las compañeras Cristina Olivas y Míriam Falgás, nos explican en nuestra sección mensual en la revista GIDONA, los usos que posiblemente te sorprenderán.
Artíclulo publicado orginalmente en la revista GIDONA, marzo 2022
Si te preguntaran para qué sirve el bozal, ¿qué dirías? Probablemente, tu respuesta sería que se usa para evitar que un perro agresivo pueda morder, y es cierto que es una de sus funciones, pero no es la única. Es importante saber que, por ejemplo, los perros de razas clasificadas como potencialmente peligrosas, lo tienen que llevar obligatoriamente cuando salen de paseo. A pesar de que estamos acostumbrados a asociar su uso como una barrera para frenar los comportamientos violentos, el bozal como tal, no es bueno ni malo, todo depende de cómo lo usemos. De hecho, se puede convertir en tu aliado y en un recurso que te evitará sustos. He aquí algunas de sus utilidades más habituales:
- Para evitar que el perro ingiera alimentos u objetos durante los paseos. Hay animales que se comen todo lo que encuentran y pueden llegar a necesitar asistencia veterinaria. Aunque si tienes este problema es recomendable que busques la ayuda de un/a etólogo/a, el bozal puede ser una solución provisional.
- En situaciones potencialmente estresantes. A pesar de que un perro pueda ser dócil por norma general, puede reaccionar de forma inesperada si siente miedo o estrés. Por eso, es aconsejable que le acostumbres a llevarlo para ir al veterinario, la peluquería o en una emergencia. De este modo, no será un elemento extraño y podrás ponérselo para protegerlo a él o a la persona que lo tenga que atender, en un momento estresante en el que no tiene que utilizar los dientes.
- Para evitar que los perros desatados puedan cazar fauna silvestre o de granja. Cada animal tiene sus peculiaridades y los hay a quienes les gusta cazar. Si es así, el bozal puede ser útil porque el perro podrá correr y oler, pero no morder.
Ahora que ya sabes que el bozal tiene otras muchas utilidades, es conveniente que se lo pongas de forma respetuosa, aceptada y pensando en el animal, aunque también podrás colocárselo en contra de su voluntad, si es necesario. Ahora bien, la prioridad es el bienestar físico y psicológico del perro y, por ello, te damos algunas pautas para usarlo de la forma más adecuada:
- La toma de contacto. Intenta que la primera vez no sea en un momento estresante. Busca un rato en el que tu amigo peludo esté tranquilo, en casa y pónselo. Prolonga el tiempo a medida que veas que se siente cómodo.
- Asociación positiva. Como hemos dicho, ¡el bozal puede ser vuestro aliado! Por lo tanto, empieza enseñándoselo y dejando que lo huela. A continuación, ponle premios y deja que los coja. Después de unas cuantas veces, átale el bozal y dale los premios desde fuera. Quítaselo y vuelve a atárselo para repetir el proceso. Observa el ritmo del perro, pero con unos 5 minutos, aproximadamente, puedes conseguir que el bozal sea un elemento positivo para siempre, del mismo modo que lo es la correa de pasear.
- Lo primero es la comodidad. El bozal debe ser el adecuado para el tamaño y la raza de tu perro. Le tiene que permitir abrir la boca para respirar, sacar la lengua y respirar bien por la nariz. Es decir, tiene que quedar bien sujeto, pero sin que le apriete demasiado. Si tienes dudas, déjate asesorar por tu veterinario/a o profesional de confianza.
En definitiva, el bozal es un objeto que puede ser de gran ayuda en diferentes situaciones. Si crees que lo puedes necesitar en un futuro, compra uno y sigue el proceso que hemos descrito antes. Tu perro siempre preferirá tener el suyo que utilizar uno con el que no está familiarizado. Sobre todo, recuerda que tu perro es un ser capaz de aprender y de sentir, y siempre agradecerá que lo trates con cuidado y amor. Al fin y al cabo, ¡es lo que él hace contigo cada día!