El macho alfa, ¿mito o realidad?
Ya es hora de desmontar este mito que perjudica tanto a los perros como a nuestra vida en común.
Un artículo de Miriam Falgàs, etóloga en colaboración con Cristina Olivas, periodista.
Publicado originalmente en la Revista GIDONA , agosto 2021
¿Has oído decir aquello de: “Este perro es o quiere ser el alfa del grupo? Se trata de un concepto muy utilizado en la sociedad actual para explicar el comportamiento de nuestros amigos peludos. Seguramente el hecho de que también lo escuchemos en programas de televisión populares, como, por ejemplo, El encantador de perros influye directamente en el arraigo de este concepto. Ahora bien, esta idea de “perro alfa” (o líder del grupo) es un mito; es decir, se utiliza para los lobos y, erróneamente, se ha extrapolado a los perros.
Seguramente esta afirmación te ha sorprendido, pero es hora de desmontar este mito que tanto perjudica al animal y a vuestra vida en común. Lo primero que debes saber es que cuando intentas, de forma dominante, que el animal asimile que tú eres quien manda, él no te entiende porque no tiene ningún conflicto de jerarquía contigo. Es decir, cuando lo riñes, lo castigas o le gritas, estás creando una situación de estrés, desconcierto y miedo porque el perro no se comporta como miembro dominante o alfa de la familia. Además, esta forma incorrecta de corregir su comportamiento perjudica vuestro vínculo afectivo y reduce la confianza del perro hacia ti.
Si bien es cierto que habrás observado comportamientos en tu amigo peludo que podrías clasificar como dominantes, es importante que interiorices que el perro no actúa así todo el día ni en todos los ámbitos. Es posible que el animal gruña mientras come porque ha aprendido que así no le quitan la comida; que estire la correa porque ha asimilado que es la forma de comunicar a su paseador que quiere ir más lejos; que salte encima de la gente porque está contento y ha aprendido que se saluda de esa forma o que muerda a otro perro porque se ha sentido amenazado o tiene miedo. Por lo tanto, hablamos de motivos que están vinculados a las emociones, la comunicación o el aprendizaje.
El perro es un ser que se comunica y aprende, que busca sentirse a gusto y en armonía con su entorno y su familia, y así debes de entenderlo. Si tu amigo peludo muestra comportamientos agresivos, averigua las causas reales. Creer que el motivo es un comportamiento dominante, implica someterlo y, por lo tanto, utilizar la violencia y el maltrato. Así pues, por el bien de tu perro y de la relación que os une, ¡olvídate del concepto de “perro alfa, dominante o líder del grupo”! Analiza cada comportamiento y busca las causas para encontrar una solución coherente, humana y respetuosa. Nadie que ama verdaderamente a los animales quiere educarlos mediante el castigo y la violencia. Y si tú solo no consigues remediarlo, busca la ayuda de un/a etólogo/a, que te enseñará a interpretar correctamente el comportamiento de tu perro y te propondrá acciones para cambiarlo, pero siempre desde el respeto y el sentido común.
Fotografía Thomas Bonometti