Los animales adultos también pueden aprender

01/11/2021

A menudo se dice que los perros y los gatos adultos o ancianos ya no pueden aprender nada, pero esta afirmación es incorrecta.
Nuestro artículo por la etóloga Míriam Falgàs y la periodista Cristina Olivas para la revista GIDONA.

 

Este artículo lo publicamos originalment en la revista GIDONA  n.166

A menudo se dice que los perros y los gatos adultos o ancianos ya no pueden aprender nada, pero esta afirmación es incorrecta. Aunque sus capacidades se reducen con la edad, los animales adultos aprenden órdenes, efectúan nuevas asociaciones y entienden dinámicas diferentes. Ahora bien, es importante que sepas que el periodo de socialización es clave en su proceso de aprendizaje porque, por ejemplo, aprenden a comunicarse con su propia especie, reconocen la existencia de las demás y adquieren las pautas de conducta. Ten en cuenta que todo lo que asimilan durante este período no es invariable, pero sí crucial y duradero.

Este período se desarrolla durante las primeras semanas de vida; en los perros acontece entre las 3 y las 12 semanas y, en los gatos, entre las 3 y las 9 semanas. Durante esta fase, el cerebro del animal está más receptivo a los estímulos exteriores y, por este motivo, es un momento ideal para habituar a tu perro o gato, por ejemplo, a los viajes en coche, el contacto con otras especies con las que convivirá, el ruido y el movimiento que genera un aspirador, una moto o un coche, a la presencia de niños, a la adquisición de preferencia del sustrato para hacer sus necesidades, etc. Es decir, se trata de aprovechar esta “etapa sensible” para que se familiarice con todo aquello que formará parte de su entorno y de su vida para que se acostumbre desde joven.

Para que la socialización sea un éxito, los cachorros deben convivir con la madre y los hermanos durante estas primeras semanas de vida. De esta forma, aprenden a desarrollarse como especie y a comunicarse con los demás. Una separación prematura influye de forma notable en el desarrollo del animal, ya que probablemente “no hablará correctamente ni sabrá leer o interpretar” las señales propias de su lenguaje; es decir, el perro o el gato se asustará ante los ruidos o movimientos desconocidos, no sabrá detectar que otro animal está a la defensiva y es posible que lo ataque, que lo está invitando al juego, o bien que tiene miedo y no quiere se le acerque…

A pesar de que el período de socialización es fundamental, recuerda que los perros y los gatos mantienen su capacidad de aprendizaje a lo largo de toda su vida. Además, cada animal, de acuerdo con su edad y sus capacidades, puede incorporar o modificar prácticas, ordenes o rutinas, de la misma forma que lo hacen las personas. Solamente es necesario que conozcas bien a tu amigo peludo para que el proceso de aprendizaje sea agradable, e incluso puede ser una forma más de reforzar vuestro vínculo.


Míriam Falgàs y Cristina Olivas 

Fotografía Nicole Gulau